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En los “Community Fridges” o Refri Comunitarios se puede encontrar comida gratis

Por IntFormalities
Actualizado el 25 de enero, 2024
Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

En Estados Unidos abundan los planes de ayuda de carácter público, privado y hasta comunitario. En estos últimos el ciudadano común se organiza en torno a una idea o proyecto voluntario para ayudar al prójimo sin otra motivación más que la empatía con cualquiera que presente una necesidad. Este es el caso de los Community Fridges, una linda iniciativa que ya se ha extendido por muchos estados.

Charity vector volunteer people caring elderly disabled or blind characters and volunteering donation or welfare illustration set voluntary social homeless poor community isolated on white background.

¿Qué son los refri comunitarios o “Community Fridges”?

Imagine caminar por una calle citadina y de pronto encontrarse con un gran refrigerador funcionando (nevera o también heladera como se le conoce en distintas partes de Latinoamérica) y que al abrirlo encuentre comida preparada o insumos que pueda tomar sin tener que pagar por ellos. Es una opción para muchos ciudadanos que realmente no pueden acceder a la alimentación y eventualmente pueden apoyarse con esta despensa solidaria. La idea en terreno estadounidense al parecer la implantó Eric Von Haynes un artista de Chicago que la inició con el apoyo de algunos voluntarios creando The Love Fridge. El esfuerzo se ha convertido en más de 30 puntos de suministro en esa ciudad gracias al apoyo de muchos voluntarios e instituciones aliadas. Pero en el resto del país se cuentan decenas de refris. En Europa se dio un poco antes y se le atribuye a un grupo llamado Foodsharing constituido en Alemania.

¿Cómo funcionan?

Los “Community fridges” se ubican en zonas de bajo poder adquisitivo de las ciudades donde pueden estar las poblaciones más vulnerables. Puede ser que en alguna comunidad se le denomine con otro nombre, como el proyecto ya mencionado de Chicago “The Love Fridge”. Existe un grupo organizado en torno a cada punto de abastecimiento, lo conforman voluntarios que inspeccionan, aprovisionan y limpian el refrigerador cada cierto tiempo. El aparato está conectado a la electricidad día y noche y en consecuencia en la mayoría de los casos está protegido de la intemperie o sobre alguna plataforma. Cualquiera de la comunidad puede poner alimentos allí para otros, pero deben guardarse ciertos criterios como por ejemplo la caducidad o vencimiento de algún producto, el adecuado envasado y otros. No hay cerraduras, el contenido está a disposición de todos así como tampoco existe una cantidad estipulada para llevar ni se debe presentar alguna identificación o estatus migratorio.

Los "community fridges" se ubican en zonas vulnerables y al alcance de todo aquél o aquella que lo necesita.
Los “Community fridges” se ubican en zonas de bajo poder adquisitivo de las ciudades donde pueden estar las poblaciones más vulnerables.

Es común que la heladera despliegue un cartel escrito en varios idiomas explicando de qué se trata. Y existen muchas aplicaciones en las cuales se puede buscar si existe un refri comunitario en la zona donde se vive tanto para buscar alimentos o para ayudar como voluntario. En este mapa de la ciudad de Nueva York por ejemplo, se pueden visualizar las ubicaciones de los refri comunitarios. Y a nivel mundial, existe Freedge, una página donde se pueden encontrar estas opciones en varios países.

Algunas empresas privadas, reconocidas cadenas de supermercados y organizaciones sin fines de lucro también aportan alimentos en cantidades considerables, de ahí que resulte esencial el trabajo de los voluntarios para descargar, acomodar y limpiar si se requiere. Sin embargo no se deben confundir los bancos de comida (food banks) que son grandes unidades de provisión de alimentos con los refri comunitarios que pueden tener probablemente un espacio extra de almacenamiento como una pequeña despensa. Las comunidades que más se benefician son justamente aquellas donde la forma tradicional de asistencia alimenticia le es difícil de llegar o aquellos segmentos de la ciudadanía (los más ancianos por ejemplo) que no puede movilizarse a los bancos de comida. En otros casos, algunas personas sienten vergüenza al recibir comida a la vista pública por lo que se sienten más cómodos acudiendo al refri de la calle a cualquier hora del día.  

La solidaridad es el eje central de esta actividad voluntaria que tiene denominaciones diferentes en:

  • California: “Los Angeles Community Fridges”;
  • Nueva York, “Our Hearts NYC”;
  • Atlanta, “Free99Fridge”;
  • Miami, “Buddy System”

En esta última localidad el lema no oficial es “llévese lo que necesite, deje lo que usted pueda”. También algunos grupos organizadores aceptan donaciones de dinero vía Venmo, CashApp o GoFundme. Y hasta establecimientos como supermercados o restaurantes locales pueden integrarse a la tarea colocando parte de su producción diaria.

Inconvenientes que pueden aparecer

Como todas las cosas en la vida, que tienen sus pros y contras, los community fridges pueden mostrar ciertos aspectos no tan positivos. Uno de ellos es el vandalismo sobre los artefactos producto de personas con problemas de conducta o desviaciones mentales. Así también hay ciertos vacíos legales con relación a algunos temas. Por ejemplo, los códigos de higiene alimentaria han sido diseñados para establecimientos constituidos para un fin específico, por tanto no se pueden aplicar a los frigoríficos comunitarios que son propiedad común y se rigen por normas comunitarias. Eso hace que se cree una situación difusa a la hora de las inspecciones de salud y las probabilidades de contaminación de alimentos. El trabajo voluntario entonces se hace crucial para mantener las neveras limpias y seguras.

El vandalismo es el problema principal de los refrigerados comunitarios aunque de todas formas no opaca la función principal que es ayudar a los más necesitados.
El vandalismo sobre los artefactos es la cuestión más difícil de controlar.

Para adelantarse a cualquier inconveniente, la organización Freedge en su página ofrece unas recomendaciones legales importantes para quienes piensen integrarse a la red. Allí se incluyen tópicos interesantes como qué tipos de alimentos se deben donar, referencias a casos de problemas legales aparecidos en algunos estados, herramientas contables y recursos en materia tributaria (para las instituciones legalmente constituidas que se identifican como organizaciones sin fines de lucro).

Los Community Frigde representan una ayuda no una solución

Los críticos de esta idea apuntan a que no ayuda a resolver el grave problema de la inseguridad alimentaria, sin embargo es bueno entender que se trata de un aporte de la propia comunidad a sus conciudadanos. Probablemente es bueno rescatar los testimonios de personas que durante la pandemia del Covid encontraron una significativa ayuda en estos refri comunitarios. Simplemente son espacios para acceder a alimentos gratuitos y de calidad que de otro modo se desperdiciarían, donde las personas pueden conectarse, aprender a administrar, aprovechar y compartir los alimentos y hasta intercambiar conocimientos y habilidades.

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