Una de las preocupaciones más comunes para todo inmigrante en Estados Unidos es aquella relacionada con la cuestión de los servicios de salud a los que se tiene derecho.
Si tú eres un inmigrante o estás pensando en inmigrar a ese país, te aconsejamos que leas detenidamente este artículo.
Te vamos a brindar información de gran importancia, que te permitirá tener un conocimiento más profundo del sistema de sanidad en EE. UU. en lo que concierne a los inmigrantes.
Sanidad si eres inmigrante en Estados Unidos
El funcionamiento de la sanidad en EE. UU. es realmente complejo. A diferencia de lo que ocurre en otros países, Estados Unidos cuenta con diversos sistemas que se superponen y, a veces, solapan. Esto se hace especialmente evidente cuando se trata de su aplicación a inmigrantes.
Sin embargo, con el fin de que te hagas una idea general, será oportuno que sepas que el sistema funciona a base de seguros. Es decir, Estados Unidos carece de un servicio público de salud como tal, por lo que los derechos para acceder a la sanidad se derivan de tener contratado un seguro privado de salud. Eso sí, nosotros te comentaremos de forma esquemática los diferentes programas federales de ayuda al pago del seguro.
La necesidad de encontrarse dentro de la legalidad
Ahora bien, antes de mostrarte los puntos más relevantes y la información indispensable, debes comprender que partimos de una premisa fundamental: aquí recogemos tan solo lo relativo a la inmigración legal.
Es decir, todo lo que aquí vamos a contener se refiere única y exclusivamente a aquellos individuos que hayan cruzado la frontera siguiendo los trámites administrativos correspondientes.
El término “inmigrante legal” recoge, en general, a:
- Los residentes permanentes legales
- Los asilados
- Los refugiados
- Los inmigrantes procedentes de Cuba o Haití
- Los que cuentan con permiso para estar en los EE. UU. al menos por un año
- Las víctimas del tráfico de personas y sus familias
- Las personas a las que les han interrumpido la deportación
- Los miembros de una tribu indígena reconocida federalmente
Así, tan solo si tú eres o quieres ser un inmigrante legal en EE. UU. te servirá la información que en este artículo vamos a ir presentando.
La cobertura mediante seguros
Dicho esto, podemos atender ya directamente al funcionamiento de la cobertura médica para inmigrantes. Como hemos dicho, e general, el servicio de sanidad de EE. UU. funciona mediante un sistema de seguros privados. Esto quiere decir que para tener acceso a toda la red de salud es necesario contratar un seguro privado que incluya los servicios deseados. Tan solo mediante la contratación de uno de estos seguros puedes disfrutar de los servicios de salud estadounidenses.
Ahora bien, dentro del sistema general de seguros privados existen unos programas subvencionados por el Gobierno Federal que pueden ser de gran interés para ti. Uno de ellos es el Medicaid, el otro el Medicare, ambos suponen una ayuda especial para acceder al sistema sanitario norteamericano sin necesidad de hacer frente al costo total de un seguro privado. En general, el tener derecho a estos programas requiere el cumplimiento de determinados requisitos, tales como tener ingresos bajos o una edad determinada.
Hasta el año 2020 no había problema para un inmigrante a la hora de solicitar el Medicaid. Sin embargo, debido a unos cambios legislativos realizados durante el último año, un inmigrante que solicite ser incluido en el programa Medicaid puede considerarse como “carga pública” y, por tanto, suponer una denegación del estatus migratorio legal. Por ese motivo, no te recomendamos solicitar la admisión a ese programa para no correr el riesgo de perder la posibilidad de acceder o permanecer legalmente en Estados Unidos.
Por lo dicho hasta ahora, nosotros nos centraremos aquí en explicarte el otro de los programas federales, el Medicare.
¿Qué es Medicare?
Medicare, como hemos dicho, puede definirse como un programa federal de seguro de salud. Este programa puede dividirse, a su vez, en tres apartados diferentes dependiendo de las coberturas que ofrezca:
- Medicare Parte A (seguro de hospital): cubre los gastos derivados de ingresos hospitalarios, de atención recibida en centros especializados de enfermería, y de servicios de asistencia domiciliaria.
- Medicare Parte B (seguro médico): cubre otra clase de servicios médicos tales como el cuidado ambulatorio de los enfermos, los suministros médicos y los servicios de prevención.
- Medicare Parte D (cobertura de medicamentos recetados): puede cubrir todo o alguna parte de medicinas recetadas por el médico (esto incluye gran cantidad de vacunas, así como algunas inyecciones recomendadas).
En general, la Parte A no exige el pago de una prima mensual, pero sí es preciso hacerlo para la Parte B y la Parte D, aunque siempre será una cantidad inferior a la que puede encontrarse en el mercado general de seguros médicos privados.
¿Quién tiene derecho a Medicare?
En general, como inmigrante legal tienes la misma posibilidad de acceder a los beneficios de Medicare que tiene cualquier ciudadano de los Estados Unidos. Desde este punto de vista, se exige encontrarse en alguno de los siguientes supuestos:
- Ser una persona de 65 años o más
- Si se tienen menos de 65 años, se ha de contar con ciertas incapacidades. Esto incluye supuestos tales como:
- Tener una enfermedad renal en etapa terminal (insuficiencia renal crónica que requiere diálisis o trasplante).
- Padecer ELA (Esclerosis Lateral Amiatrófica).
- Padecer alguna discapacidad similar.
Además de lo dicho, habrá que realizar cada uno de los trámites administrativos exigidos para ser elegible para el programa.
En conclusión…
Como inmigrante en Estados Unidos tienes los mismos derechos a acceder al sistema de salud que cualquier ciudadano estadounidense. Esto exige, en general, que pagues un seguro médico privado, salvo que seas elegible para los programas de Medicaid o Medicare.
A este respecto, te recomendamos que, en principio, no solicites los beneficios del Medicaid, pues esto puede convertirte en “carga pública” y quitarte el derecho de acceder o residir en Estados Unidos. Lo más recomendable será que, antes de realizar cualquier trámite, consultes a profesionales en la materia que puedan ofrecerte las soluciones que tu caso concreto necesita, ahorrándote así tiempo y dinero.